Entre los días 19 y 22 de marzo de 2024, en la India, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reunió a expertos y técnicos para planificar las actividades de su nuevo Centro Global de Medicina Tradicional (GTMC, del acrónimo en inglés). Con lanzamiento previsto para 2025, una nueva Biblioteca Global especializada en el tema será desarrollada por BIREME, tomando como punto de partida la experiencia acumulada con la Biblioteca Virtual en Salud sobre Medicinas Tradicionales, Complementarias y Integrativas y la Red MTCI Américas. Sepa más en la entrevista con el director de BIREME, Dr. João Paulo Souza.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud coordinó dos reuniones en India para dar seguimiento a las tareas prioritarias para el Centro Global de Medicina Tradicional de la OMS (GTMC). Realizada en marzo de 2024, la misión tenía como objetivo “traducir la agenda de acción informada por evidencias de la Declaración de Gujarat en implementación e impacto”. Como participante en estos eventos, puede darnos más detalles sobre el contexto del nuevo Centro y sus proyectos prioritarios?
La primera parte de la misión tuvo lugar en Nueva Delhi y fue una reunión de discusión para identificar las líneas generales de acción, especialmente las relativas al primer año de trabajo del nuevo Centro, que se está construyendo en Jamnagar. Así pues, en esta primera fase, contamos con un gran grupo de especialistas y expertos de la comunidad de medicinas tradicionales y conocimientos indígenas, o conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas. Tuvimos sesiones específicas para tratar temas importantes, como biodiversidad, sostenibilidad y salud planetaria, protección de derechos de propiedad intelectual, codificación de información para la CIE-11, y otros.
En aquellos días, aún ocupándonos de los aspectos estructurales del nuevo Centro, también trabajamos en la definición y algunas especificaciones para el desarrollo de lo que entonces se estaba llamando un “repositorio global”, o un “banco de conocimientos” o biblioteca. A continuación, debatimos el contenido, las estrategias de implementación y los retos. Hablamos de estándares, criterios y metodologías para la inclusión de información basada en pruebas, y evaluamos los requisitos para el hospedaje en plataformas digitales. Me acompañaron en estas discusiones Verónica Abdala, gerente de Productos y Servicios de Información de BIREME, y Jonas Gonseth-Garcia, asesor de Calidad en Servicios y Sistemas de Salud y punto focal en Medicina Tradicional en OPS/HSS.
Cómo está trabajando la OMS para reconocer las prácticas seguras y eficaces que se han desarrollado en un paradigma distinto del modelo biomédico, más convencional en salud pública?
Voy a hablar aquí desde mi percepción de cómo se está desarrollando este trabajo, más que hablar en nombre de la organización. Veo que gran parte del trabajo está relacionado con las discusiones epistémicas que conforman y sostienen los distintos modelos de producción de conocimiento sobre cuidados en salud. Así que hemos trabajado mucho en temas relacionados con la biodiversidad, la propiedad intelectual, intentando comprender cómo garantizar que, por ejemplo, los conocimientos tradicionales de las comunidades generen beneficios para ellas, y no sean simplemente “extraídos” de esas comunidades para ser utilizados por una industria determinada. Existe una gran preocupación por desarrollar garantías para las comunidades que poseen el conocimiento tradicional, y que este conocimiento pueda ser también un medio de desarrollo económico para estas comunidades. Otra cuestión ampliamente discutida fue la integración, registro y evaluación del uso de las prácticas tradicionales en los sistemas nacionales de salud.
Puesto que los sistemas de salud que operan dentro de un paradigma biomédico euro-occidental, por así decirlo, tienen sus límites y no resuelven todas las necesidades de curación y salud de nuestras poblaciones. Recordemos que aproximadamente alrededor del 80% de la población mundial hace algún uso de recursos naturales para promover su salud o aliviar problemas de salud, y que buena parte, si no la mayoría, de los medicamentos alopáticos actuales tienen su origen en recursos naturales. La idea de este nuevo Centro especializado de la OMS es ayudar a determinar el camino para integrar en mayor medida las prácticas de salud tradicionales en los sistemas de salud, especialmente las que son seguras y eficaces y, al mismo tiempo, culturalmente pertinentes y apropiadas.
Cómo los distintos modelos de producción del conocimiento influyen en la integración de los saberes tradicionales e indígenas a las pruebas científicas?
Esta fue una parte importante de la discusión que tuvimos allí, y se remonta incluso a los modelos epistemológicos, porque el enfoque epistémico que usamos en la llamada ciencia “occidental” está muy derivado de ideas que se desarrollaron en el siglo XVIII, especialmente el empirismo, el racionalismo y el escepticismo. El modelo epistémico que sustenta la medicina basada en evidencia, por ejemplo, se deriva en gran medida de estas corrientes, sobre todo del empirismo. Pero este modelo empírico tiene algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta, especialmente la dificultad de abordar la complejidad de la “vida real”, la heterogeneidad de las personas, los contextos, las intervenciones e incluso las evaluaciones, y la dificultad de eliminar los efectos residuales de confusión. Son limitaciones que a menudo dificultan la aplicación del conocimiento científico-empírico en situaciones complejas de la vida real.
Otro aspecto para tener en cuenta es que las intervenciones tradicionales son con frecuencia demasiado individualizadas o contextualizadas. En otras palabras, suele ser difícil realizar grandes evaluaciones estandarizadas y descontextualizadas, lo que a menudo hace que el modelo empírico convencional sea incompatible en estas situaciones. Así que parte del debate es cómo generar este tipo de pruebas que sean válidas, metodológicamente hablando. Dentro del propio paradigma científico euro-occidental han surgido innovaciones, como la ciencia de la complejidad y la evaluación de intervenciones complejas, pero hay también modelos epistémicos emergentes, originados en el Sur Global, que deben ser considerados. Además, tenemos enfoques epistémicos integradores, como los encuentros de saberes desarrollados por el Profesor José Jorge de Carvalho, por ejemplo, que buscan facilitar el diálogo entre estas ciencias tradicionales y lo que serían las ciencias euro-occidentales.
Otra preocupación importante que resonó en las discusiones que tuvieron lugar en la India tuvo que ver con las estrategias para evitar un neocolonialismo del conocimiento. Cómo podemos asegurar que, aunque bien intencionados, no terminemos inadvertidamente favoreciendo un enfoque extractivista y colonial. Por citar un ejemplo, hubo un debate muy interesante sobre la “Ciencia Abierta”. Aquí en BIREME, promovemos y hablamos sobre ciencia abierta todo el tiempo, porque de alguna manera es un modelo que facilita la transparencia en el proceso de formación del conocimiento y la democratización del acceso a ese conocimiento. Pero analizado desde otro punto de vista, un enfoque abierto y transparente de los conocimientos tradicionales puede no redundar siempre en beneficio de las comunidades que los poseen.
Imagínese una situación en la que la publicación de una determinada “garrafada” o una cierta combinación de hierbas pueda permitir la identificación de un nuevo recurso terapéutico susceptible de ser industrializado. Sin el cuidado necesario, este conocimiento puede ser desarrollado y patentado por la industria y devuelto debidamente “empaquetado” a estas mismas comunidades. Existen innumerables ejemplos de este modelo de interacción colonial entre las comunidades originarias, los conocimientos tradicionales y el complejo económico-industrial de la salud. Cómo garantizar que las comunidades originarias que han estado preservando este conocimiento y manteniendo la biodiversidad necesaria para desarrollar este recurso terapéutico puedan beneficiarse del uso de este conocimiento? Por eso fue interesante ver límites incluso para la “ciencia abierta”. Desarrollar una propuesta de ciencia abierta con salvaguardas para las comunidades parece ser tanto un reto como algo muy importante.
Cuáles fueron las principales definiciones de este proyecto de la OMS que pretende sistematizar todos los conocimientos en una Biblioteca Global de Medicinas Tradicionales?
La biblioteca está estructurando todo este debate. Y esa fue la razón principal por la que fuimos allí, para apoyar el desarrollo de esta plataforma que organizará toda la base de pruebas que el GTMC/OMS sistematizará. En la primera parte de la misión, coordinamos grupos focales con expertos para discutir el proyecto de la biblioteca, quiénes son los usuarios potenciales, definir la visión, las necesidades de los usuarios y otras especificaciones de alto nivel.
Así que BIREME recibió el encargo de desarrollar una Biblioteca Global de Medicina Tradicional, que tiene un alcance mundial y constará de seis portales regionales, uno para cada región de la OMS, así como perfiles de países y bibliotecas nacionales. Ya tenemos un portal para las Américas, la BVS TCIM Américas, que está lista en un 95 por ciento, por así decirlo, para este modelo que queremos desarrollar globalmente. Así que todavía vamos a hacer algunas adaptaciones para que este modelo alcance lo que queremos que sea.
La BVS TCIM Américas será el modelo para las bibliotecas regionales, por lo que tendremos una Biblioteca Global de Medicina Tradicional y seis instancias regionales: la BVS TCIM Américas, que no cambiará de nombre; más la Biblioteca Africana de Medicinas Tradicionales, la Biblioteca Europea de Medicinas Tradicionales, la Biblioteca de Oriente Medio de Medicinas Tradicionales, la Biblioteca del Sudeste Asiático de Medicinas Tradicionales y la Biblioteca del Pacífico de Medicinas Tradicionales. Todos los nombres son aún provisionales. Además, también vamos a desarrollar algunas instancias de bibliotecas nacionales, para que sirvan de modelo. Estamos acordando el desarrollo de modelos de bibliotecas nacionales para los ministerios de salud de los países, en colaboración con las oficinas locales de la OPS en nuestro caso, y de la OMS a nivel mundial.
Y nuestro calendario es el siguiente: de abril a octubre de 2024, desarrollaremos y presentaremos un producto mínimo viable de la Biblioteca Global; y de octubre de 2024 a marzo de 2025 deberemos tener la versión beta disponible para uso, pero aún en desarrollo. Todo esto para tener la entrega final ya probada, revisada y lista para la próxima Cumbre Mundial de la OMS, prevista para el segundo semestre de 2025.
Qué significa para BIREME tener un nuevo proyecto global en su portfolio, especialmente una Biblioteca Global que facilitará el acceso de todos los pueblos a los conocimientos y medicinas indígenas y tradicionales?
Para BIREME, y creo que también para la OPS, es una distinción tener la misión de desarrollar esta Biblioteca Global. Es un reconocimiento a la experiencia de décadas de trabajo en la construcción de bibliotecas digitales. Y particularmente en medicinas tradicionales, reconoce al esfuerzo de BIREME y OPS en estructurar una red, una biblioteca de MTCI que ahora está sirviendo de modelo para el resto del mundo. Creo que es un motivo de orgullo porque vamos a desarrollar las bibliotecas tanto la Global como las de otras regiones basándonos en la experiencia de las Américas. Es de gran importancia institucional.
También es una satisfacción poder apoyar la instalación de otro Centro de la OMS que se integrará a esta pequeña familia de Centros Especializados. Además de los Centros Panamericanos, que son centros de excelencia técnica en sus áreas de actuación, tenemos el Centro de la OMS para el Desarrollo Sanitario en Kobe, Japón, este nuevo Centro en la India, el proprio Centro Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en Francia, además de otras iniciativas que pueden reforzarse y complementarse mutuamente en la estructura regional y global.
Finalmente, no podemos olvidar que lo que discutimos aquí son avances hacia el sueño colectivo de “salud para todos”.